Jugando

Empezamos a jugar con las palabras. Ibamos dibujando arboles, escaleras chinas, sube y bajas, columpios, un arenero y muchos compañeros.

El sol salió más grande que en otras ocasiones. Nos tomamos de la mano y salimos corriendo en busca de helados. Tú querías de dulce de leche, yo de limón.

Empezamos a mezclarlos y los sabores se tornaron en arco iris de gustos.

Nos embarramos completamente. Nuestras camisetas tenían colores suciamente hermosos, guardando así la huella de nuestro momento.

Juntamos nuevamente nuestras manos, que esta vez estaban melosas, y fuimos a seguir con nuestra fantasía que terminaría cuando se escondiera el sol y tuviéramos que regresar a casa.

Mañana quiero ir a la luna, ¿me acompañas?

Por Manuela Carcelén Espinosa