- No entiendo a donde va. Esta pieza no entra. Este romprecabezas es muy raro, para mí que esta pieza no es de este juego. - Si, si es de acá. Prestá atención.
Pienso. Y nada...
- No sé, me está haciendo perder la paciencia, me pone nerviosa ¿No ves que no cabe en ningún lugar?
- No, la paciencia no la pierdas. Pista: Mirá diferente, cambiá tu forma de ver. Simplificá las cosas.
“Como si fuera tan fácil. Simplificar, simplificar. ¿A ver?”
Comienzo a vislumbrar algo.
“¡Claro! Ahí va, que boba, es ahí. Entrá perfectamente”, pienso y una alegría inmediata se apodera de mi. Tengo ganas de todo, siento que exploto, de repente me hago gigante. Las imágenes se hacen brillantes, luminosas, se cubre todo de una especie de aura blanca. Estoy impactada.
Esa voz que me hablaba suspira como querindo reirse y continua:
- Esa pieza es él. Cambiá tu mirada y te vas a dar cuenta. Meditá, yo ya no puedo ayudarte más, por ahora con esto es suficiente.
Por Laura Brizuela
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