miércoles, 16 de julio de 2008

Tres veces


Él quería vivir con ella. Cinco años de compartir una cama le hicieron pensar que tendría derecho a pedirlo. Ella sólo quería que sus encuentros fueran sexuales. Su respuesta fue contundente: "te quiero mucho pero entre nosotros no hay nada más que coger dos veces por semana". Él cayó destrozado ante esa determinación. Pensaba que había dado todo y estaba recibiendo menos que nada. Se sentía traicionado y decidió encerrarse en si mismo una vez más.
En cambio M estaba muerta de amor por S. Quería compartir toda la vida con él. S le demostraba mucha pasión pero le pedía aire. Sentía que M lo asfixiaba. Que lo que quería era poseerlo por completo, fusionarse con él y así convertirse (los dos)en un solo ser. No se equivocaba. Pero M no entendía sus espacios ni sus diferencias. Exigía que S se amoldara a ella. Después de un tiempo S se cansó y la dejó. M pensó que se acabaría el mundo; en realidad se le terminó hasta que apareció L, con el que deseó fusionarse y convertirse en un solo ser.
Azul y Violeta vivían juntos. Compartían mucho tiempo. Se ahogaban el uno al otro por completa necesidad. Pensaban que eran felices, que se amaban con locura, que eran inseparables, invencibles. Dibujaban soles de colores con sonrisas encendidas. No percibían que ese apego ocultaba debilidades. Ahora llevan tres años separados;se dieron cuenta que podía vivir el uno sin el otro. Aún sienten que se aman. Pero hay problemas que no tienen solución. Cada tanto se escriben cartas para proponerse matrimonio: los dos aceptan. Siguen aferrándose, siguen ahogándose, siguen solos. Quieren amar a otros.

Por Manuela Carcelén Espinosa

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Violeta, quieres casarte conmigo?

Ancladas en la brisa dijo...

Violeta:
"Sí, quiero"

Anónimo dijo...

porque esta puta vida es tan injusta

y nos toca conformarnos con lo que

nos toca ?

quieres caminar a mi lado? amarilla