La demencia, los rostros pintados, los ojos ocultos, todo da vueltas alrededor. Siento un mareo constante. Es como un eterno malestar que me sube y me baja y luego se detiene para tomar fuerzas y continuar. Los rojos y azules se van mezclando para conseguir únicamente un violeta profundo. Y pienso en seguirte y pienso en perderme. I hope you don´t mind, I hope you don´t mind.
Hundida en una alfombra de formas circulares miro como los espacios se van consumiendo y de un espejo comienzan a salir mis sueños. Los que tuve mientras dormía y algunos mientras estaba despierta. Veo como por ahí intentan desfilar payasos, malabaristas, escritores, cantantes y asociados; todos ellos llegan a hacer su propio acto al unísono y yo me siento frágil por su atractivo, por su aroma y porque todos juntos me podrían matar.
Las voces de los maestros recorren lento mi cerebro y escucho como tus canciones me envenenan. Sigo dando vueltas en el piso mientras mi universo quiere parar, pero yo lo obligo a seguir. Mastico incansable cartones de mal sabor para evitar que mis dientes se rocen entre ellos y para darle a mi boca un gusto amargo, sucio. Así evito tus besos, los besos. I hope you don´t mind, I hope you don´t mind.
Me paro y respiro. Mi cuerpo tiembla y mi cerebro lúcido me permite ver, incluso, más allá de mi ser, lástima que lo olvidaré.
El aire está más claro que otras veces. Es un buen momento para decir adiós. Cuando estoy por hacerlo, me mareo de nuevo, caigo en tus brazos y pienso: I hope you don´t mind, I hope you don´t mind.
Hundida en una alfombra de formas circulares miro como los espacios se van consumiendo y de un espejo comienzan a salir mis sueños. Los que tuve mientras dormía y algunos mientras estaba despierta. Veo como por ahí intentan desfilar payasos, malabaristas, escritores, cantantes y asociados; todos ellos llegan a hacer su propio acto al unísono y yo me siento frágil por su atractivo, por su aroma y porque todos juntos me podrían matar.
Las voces de los maestros recorren lento mi cerebro y escucho como tus canciones me envenenan. Sigo dando vueltas en el piso mientras mi universo quiere parar, pero yo lo obligo a seguir. Mastico incansable cartones de mal sabor para evitar que mis dientes se rocen entre ellos y para darle a mi boca un gusto amargo, sucio. Así evito tus besos, los besos. I hope you don´t mind, I hope you don´t mind.
Me paro y respiro. Mi cuerpo tiembla y mi cerebro lúcido me permite ver, incluso, más allá de mi ser, lástima que lo olvidaré.
El aire está más claro que otras veces. Es un buen momento para decir adiós. Cuando estoy por hacerlo, me mareo de nuevo, caigo en tus brazos y pienso: I hope you don´t mind, I hope you don´t mind.
Por Manuela Carcelén Espinosa
7 comentarios:
bonito
... that I put down in words,
how wonderful life is, now u'r in the world.
Gracias por lo de bonito!
My gift is my song!
mais uma obra típica do rico repertório de chilindrina. =)
solo cuando me marcan los espacios, los lugares, las frases lo asimilo!
Gracias por tu comentario marquinho!
... and this one is for you!
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