No fue una buena noche, no descansé. Pensé y soñé estupideces todo el tiempo. Me levanté apurada, me desperté de mal humor, ni tiempo ni ganas de un café tuve.
Me vestí y salí. Me olvidé el celular, así que volví por él. No esperé el colectivo, directamente me fui en taxi. Mis piernas inquietas no dejaban de moverse compulsivamente. Me obligué a relajarme. No lo logré.
Entré a la oficina casi corriendo, no saludé a nadie. Encendí la computadora, nerviosa. Solo para ver que otra vez no me escribiste.
Me vestí y salí. Me olvidé el celular, así que volví por él. No esperé el colectivo, directamente me fui en taxi. Mis piernas inquietas no dejaban de moverse compulsivamente. Me obligué a relajarme. No lo logré.
Entré a la oficina casi corriendo, no saludé a nadie. Encendí la computadora, nerviosa. Solo para ver que otra vez no me escribiste.
Por Laura Brizuela
2 comentarios:
Me gustó mucho...descubro tu blog y lo visitaré con mas frecuencia.
Cato
Bienvenido entonces Cato! Nosotras también estamos descubriendo el tuyo.
Saludos!
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