martes, 8 de septiembre de 2009

La muerte me duele. Sé que somos cadáveres deambulando entre las sombras. Pero cuando la parca llega impredecible, la muerte me duele.

Los ojos opacos caminan entre sábanas de seda y la muerte duele. Así como el canto de los lirios, la muerte me duele.

Escucho tu susurro, lamo tus entrañas. Y la muerte me duele.

Descuido mi alma. Entiendo tus deseos.

La muerte me duele.


Por Manuela Carcelén Espinosa

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