La muerte me duele. Sé que somos cadáveres deambulando entre las sombras. Pero cuando la parca llega impredecible, la muerte me duele.
Los ojos opacos caminan entre sábanas de seda y la muerte duele. Así como el canto de los lirios, la muerte me duele.
Escucho tu susurro, lamo tus entrañas. Y la muerte me duele.
Descuido mi alma. Entiendo tus deseos.
La muerte me duele.
Los ojos opacos caminan entre sábanas de seda y la muerte duele. Así como el canto de los lirios, la muerte me duele.
Escucho tu susurro, lamo tus entrañas. Y la muerte me duele.
Descuido mi alma. Entiendo tus deseos.
La muerte me duele.
Por Manuela Carcelén Espinosa
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