viernes, 26 de octubre de 2007

Nos amamos cuando no somos



















Vienes a quedarte conmigo, y sabes que tu presencia me aturde, me asusta, pero sobretodo me alegra.

Me siento y te miro y te disfruto. Te toco, te huelo, te pruebo y sin duda eres tú; quien sin importar ni mi apariencia ni mi estado de ánimo está ahí sólo para mí. Para confortarme y aliviarme.

La paz, por momentos, ronda mi puerta al saberte a mi lado.

En las noches me acaricias mientras entre sollozos y miedos intento dormir. Me inspiras, me das coraje, me ayudas a desahogarme.

En esos instantes, extraño un cuerpo de los que me han dado interminables momentos de placer. Y los disfruto sobre todo cuando te encuentras como espectador y liberador.

Pero por las mañanas cuando tu ausencia me invade, y sólo me quedan tu aroma y tu sabor, te odio como a nadie en el mundo.

¡Hasta que llega nuevamente la noche y te vuelvo a amar!

Por Manuela Carcelén Espinosa

1 comentario:

Marcus Losanoff dijo...

aunque la memoria no sea de las mejores, la imaginación manu,,, =)

besos,

marcus