martes, 27 de mayo de 2008

Máscaras

Me disfrazo ante el miedo, me escondo de las sombras.

Te pienso. Te siento. Luego existo.

Mi máscara me permite bailar un vals sin que se noten mis alegrías y mis penas.

La tuya llena de todos los colores, aromas, gustos consigue confundirme.

Me deslizo despacio en este gran salón. Te sigo los pasos.

Tú no me haces fácil el camino.



Presiento que danzas a mi alrededor y cuando estoy por cruzarme entre tus sueños

desapareces entre los globos y las serpentinas.

Cada pareja que se atraviesa en mi destino sufre la suerte de quedar sin máscara.

Descubro sus anhelos, sus miedos, sus tristezas ocultas, sus desgracias.

Esos rostros opacos me empujan a seguirte buscando.

No te encuentro.

Y si esa noche eterna termina y no te veo.

Y si esa intriga constante se perpetúa.

Quizás persigo mis ganas, mis deseos, mi fruta exótica.

Quizás lo que sigo es un fantasma que no tiene nombre ni cara ni edad ni sexo.

En mitad del baile pensé que te encontraba.

Te recorrí el cuerpo, olí tus esperanzas, dibuje tus palabras.

Te quité la máscara.

No eras tú.

Una noche de sueño, una suerte de deseo, una verdad de miseria.


Por Manuela Carcelén Espinosa

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"todo carnaval tem seu fim"

Anónimo dijo...

Un mundo magico de letras y pensamientos. muy bueno pero queremos mas!!!

Anónimo dijo...

quizá la respuesta está en la máscara y no en lo que ella esconde... quizá lo que creemos q es falso, se convierte en lo único verdadero que nos queda... la imaginación!

Manu dijo...

Gracias por el comentario y seguiré escribiendo más!

Manu dijo...

Quizás sea verdad, quizás la máscara sea lo auténtico, quizás, quizás, quizás!