Sueña, parece que sueña. Duerme sereno y respira ondo. Me gusta mirarlo mientras sueña.
Las cejas se mueven bailando al ritmo de la expresión, la boca se tuerce, a veces sonrie y otras se acomoda triste. Las pestañas claras y cortas se relajan. Su pelo se despeina y él se vuelve más joven, más tierno y más mio.
Le acaricio la cara. No se despierta, no se inmuta. Le beso la boca, con un beso suave, casi tímido. Apenas responde, se rie levemente y se vuelve a dormir.
Sigo observando su piel, su barba crecida, el contorno de su mentón y la quijada fuerte.
Pienso que me estoy volviendo sentimental, pero de todas formas siento ganas de llorar. No se porqué.
En cuanto me concentro por no hacerlo, se despierta.
- ¿Me estabas mirando?
- Si. Es que de verdad te amo mucho.
Las cejas se mueven bailando al ritmo de la expresión, la boca se tuerce, a veces sonrie y otras se acomoda triste. Las pestañas claras y cortas se relajan. Su pelo se despeina y él se vuelve más joven, más tierno y más mio.
Le acaricio la cara. No se despierta, no se inmuta. Le beso la boca, con un beso suave, casi tímido. Apenas responde, se rie levemente y se vuelve a dormir.
Sigo observando su piel, su barba crecida, el contorno de su mentón y la quijada fuerte.
Pienso que me estoy volviendo sentimental, pero de todas formas siento ganas de llorar. No se porqué.
En cuanto me concentro por no hacerlo, se despierta.
- ¿Me estabas mirando?
- Si. Es que de verdad te amo mucho.
Por Laura Brizuela
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