
-Murió Adelfa.
-¡Uh! No me digas...
-Si, de problemas respiratorios
-Pobre, también ella tenía 82 años y el pibe 24 ¿no?
-Si, una locura. Duró un mes casada. ¿Le habrá dejado alguna herencia al chico?
-No se, pero ahora la llamo a mi vieja para que no se fije en pendejos.
Los titulares de ayer no desperdiciaron ningún enfoque del tema, es que sorpresivamente murió ayer Adelfa Volpes, la señora que descocadamente y sin que le importe un pepino se casó a sus 82 años, con Reinaldo Wavegche, un joven de 24 que además tenía gestos y modos bastantes femeninos.
Una pregunta llena de prejuicios me sigue molestando. ¿Será que es posible el amor con esa diferencia de edad? ¿No estaba media trastornada la señora? ¿Y al pibe, que le pasó por la cabeza para casarse con Adelfa?! ¿O es que, realmente, el amor de las almas -porque los cuerpos ya no cuentan- hacen a la unión algo totalmente trascendental?
Como fuere, “la Ade” (porque ya hemos hablado tanto de ella, que es como de la familía) se paseó por todos los medios, se ganó una lunita de miel a Rio de Janeiro y tal vez vivió el amor a sus 82 años. Una grande.
Por Laura Brizuela
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