Lau y yo tenemos la costumbre sana de delirar. Un día empezamos a navegar en el mar de los sueños, de lo intangible y de lo utópico.
Sabemos que eso que queremos solo es realizable en nuestro universo imaginario, porque en el mundo de los mortales, que también es el nuestro, nos cortan las manos, los brazos, los pies y también las piernas. Por suerte, todavía podemos conservar algo de la consciencia.
En medio de nuestro delirio, pudimos vislumbrar, un poco tarde tal vez, que nuestra necesidad de comunicar sin mayores limitaciones más que las propias, la podríamos satisfacer a través del Internet. Océano profundo lleno de maravillas como de basura tóxica producida por nosotros mismos.
Pero tal vez ya estamos acostumbrados a la idea macabra de que toda tecnología tiene fines primarios del bien común y termina convirtiéndose en un arma letal para la humanidad. ¡Lastima que nos acostumbramos!
Disculpen por este paréntesis crítico, ahora regreso al hilo inicial del relato.
Aquella tarde gracias a una charla confortante decidimos que era el momento indicado, para nosotras, de crear un blog.
Con este espacio pretendemos poner en práctica nuestra profesión, que por suerte también es nuestra pasión: el periodismo.
Pero como también solemos desviarnos con mucha frecuencia(aunque acepto que los vientos me llevan con mayor facilidad a mí) queremos introducir momentos propios e imaginarios relacionados con el arte, la cultura, la tecnología, y hasta con los sueños.
Ahora el desafío es lograr nuestro cometido.
¡Esperemos lograrlo!
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