Llega el momento, y gracias a Dios, a la Virgen, a los espíritus, a las fuerzas positivas, a las brujas y a Iemanja, nos vamos de vacaciones.
La ansiedad trepa niveles poco tolerables. La contengo, pero cada tanto se escapa, deseperada por un poco de libertad, en forma de euforia instantánea.
El sentimiento parece mutuo, tanto para mi como para él. Nos vamos juntos, por primera vez. ¿Nerviosa? No, más bien ansiosa.
Hasta la risa me sale un tanto estúpida.
Hoy a la tarde quiero hacer el bolso, como para ir viendo de a poco si me falta algo, si tengo que comprar cosas o mandar a lavar otras. Y además para sentir una patita del otro lado.
No quiero estresarme, pero la cuenta regresiva me tiene como loca.
Por Laura Brizuela
No hay comentarios:
Publicar un comentario