Con lo del lio que hizo Luis Palau en el obelisco me acordé de Dolo. Ella no es evangelista, pero tiene todas las cualidades para serlo. Habla de dios continuamente y pretende ir con su mensaje a todo el mundo. Es católica, pero de esas aguerridas y constantes. Entiende que es su misión en la vida promulgar sus convicciones hasta el hartazgo.Yo nunca le conocí un novio, hasta que este mes, a sus 32 años comenzó a salir con “El senador”. En breve, retomo la historia de este personaje, pero antes quiero dejar bien en claro como es ella.
Como dije tiene 32 años. Es maestra - no podría haber sido otra cosa - obsesiva y mandona. Su nombre es Maria Dolores del Valle y es mi prima. Fisicamente no nos parecemos en nada. Y no es por despotricarla, porque no deja de ser familia... ni enaltecerme, pero no sólo es insoportable, sino que es fea y acortanada.
Como sea, ella se vino a vivir unos meses a mi casa porque mi papá le había conseguido un nuevo trabajo y hasta que consiguiera departamento se quedó con nosotros.
El tema es que en la escuela que empezó a dar clases, conoció a este muchacho. Tampoco muy agraciado, pero al menos callado, lo que en estos casos es una gran virtud. Tiene más o menos su misma edad, aparentemente obediente y voluntarioso. Parecía que la cosa iba en serio y más aún cuando Dolores organizó una cena para que lo conozcamos.
La cena fue de lo más tranquila. Dolo habló casi la mayor parte del tiempo y en la familia quedó una sensación positiva del senador.
El fin de semana que le siguió lo volvió a invitar. Y todo muy bien.
El martes que le continuaba a ese finde regresó, esta vez con un postre. A esta altura nos contó que era maestro rural y que laburaba en una escuela que no le gustaba, pero que no le quedaba otra.
El jueves otra vez sopa. Cenamos una noche más con el maestro rural.
El viernes, de nuevo Dolores y su novio.
El sábado ¿a que no sabén que? Si.
El domingo, que son los asados, ya lo esperábamos. No le íbamos espantar el único candidato a Dolo. Vinieron un par de tios y primos más. En medio de la preparación del fuego, y mientras los fernet iban llegando a las manos de los comensales, mi padrino le dice a mi papá:

- Che, Marito ¿a que hora viene el senador?
- ¿Que senador? ¿De que hablás?
- De el cenador, el que viene a cenar todos los dias.
Las carcajadas no se hicieron esperar. Sin embargo desde allá, en el quincho, ya se podía ver la silueta del novio de Dolo, que no recuerdo como se llama, pero que quedó inmortalizado como el “CENAdor”.
Por Laura Brizuela
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