Al lector puede parecerle extraño este artículo, pero luego de una interesante conversación, creí pertinente – y necesario - dar mi visión de este tipo de gente, que he optado en clasificar sencillamente con el nombre más evidente: los tocadores de culos. Al que le podría agregar un paréntesis... y tetas.Una tocadita por más leve que sea, significa la victoria. No se engañen. Estos personajes tienen una habilidad digna de envidia, perseveran hasta lograr su objetivo.
Creo que puedo hablar de cuatro tipo de tocadores. En primer lugar:
Los apoyadores: Se destacan en zonas en donde predomina la multitud. Esto es, los colectivos y los subtes en horario pico (entre 8 y 9 de la mañana y entre 6 y 7 de la tarde) son los lugares elegidos por excelencia.
El modus operandi se repite. Se acercan a la víctima, pasando entre la gente con exagerada cara de disgusto, quejándose pero sin hablar – para no llamar la atención – y acomodándose con dificultad. Una vez elegido el lugar apropiado para una buena fregadita, el hombre en cuestión se acerca levemente a la muchacha y aprovechando una frenada mal lograda o incluso un leve traspié ajeno, se lanza sobre la chica y listo. Ahi fue la primera. Por supuesto, lo que molesta no es lo hartante sino lo constante, pero en cuanto el tocador siente que puede ser descubierto, cambia rapidamente de víctima o en el último de los casos perfila hacia un lado seguro del bondi o del subte y se queda tranquilo por unos minutos.
Los callejeros: Ellos prefieren la libertad de las calles, tal vez para una huída más rápida ¿quién sabe? La cuestión es que se especializan en tocar traseros caminantes. El sistema es bastante simple. El tocador vislumbra la señorita y hace como que está interasadísimo en cualquier vidriera o acontecimiento externo a lo que sucederá. Evita el contacto visual, ya que eso le quita valor, y así como no queriendo la cosa, se aproxima y da el zampazo.
Éstos pueden ser toscos, nada delicados para ser sincera. Y en alguna que otra ocasión la chica se detiene para devolverle la mano al individuo que quedó trabada entre sus partes.
Son los más odiados. Supongo que por su fama de pocos caballeros.
Los tímidos: Este tipo de hombres son conocidos también como los “rozadores”. A ellos les basta con un leve toque para quedar satisfechos, ni siquiera perduran tanto en el acto, porque la valentía no está tan desarrollada como en los otros casos y las buenas formas todavía hacen parte de su carácter. Entonces, en definitiva, suelen dar una tocadita mínima, que en general no es ni percibida.
El problema es que si estos muchachos que por lo general tienen entre 15 y 20 - apuesto a que estás pensando a quien conocés con esa edad – si no conocen a alguna noviecita, pueden convertirse en potenciales callejeros o apoyadores.
Los que prefieren la delantera: Son los menos, pero no por eso menos importante en mi clasificación. Bastante osados y sin pudor, suelen predominar en los boliches, bares y zonas de recreamiento nocturno. Aún sin que la dama haya dado el consentimiento para tal cosa, los “delanteros” no tienen ningún incoveniente en examinar si las mamas de la paciente están saludables. Hay de todo, sutiles, agresivos y terminos medios, pero lo real es que el amasijo es una de las cosas más común.
Y así, he dado por clasificar a este tipo de hombres que a travéz de un acto, a mi parecer estúpido logran fantasear y colorear su día. Chicas, pasa en todos lados... Esto sólo se corrige con paciencia y educación.
Nota de la autora.: ¡Al hijo de puta del 29 le digo que se puede ir a la piiiiiiiiiiii!
Por Laura Brizuela
5 comentarios:
Que buena y sutil clasificación de aquellos hombres pervertidos que la única forma que tienen para sublimar su perversión es aprovechándose de la timidez y vergüenza de las mujeres que ante una situación de estas no responden de ninguna manera por simple pudor y vergüenza,
Yenny
Muy bueno el post.
El común denominador de estos tipos es la cobardía. Y la mejor manera de neutralizarlos es ponerlos en evidencia, aunque no nos sea fácil.
Y que hay de las acosadoras en trenes (por ej)? :)
Cuando era chico (19, 20) solía viajar a las 7 de la mañana, hora pico y más de una vez ha sido a la inversa de lo que cuentan acá.
Colas que se apoyaban contra mi mano y que buscaban "calor humano". No tendría problema en reconocer si lo iniciaba yo, pero la verdad es que no. Por supuesto aprovechaba la situación y terminaba en fregadas importantes por entrepiernas mutuas.
Digo, porque el sexo nos gusta a todos y la "perversión" no es solo patrimonio masculino eh.
Lo que pasa Gustavo, es que estadisticamente, los números están a favor de los hombres. Pero si, seguro que exiten "las acosadoras".
Saludos!
Me uno A Gustavo, no solo colas, cuan fastidioso son los pechos de la señora cuarentona pasando por tu espalda. En fin el froteurismo mas que una perversión es una parafilia tan o menos popular como otras.
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